¿Quién dijo que ingeniería y arte son incompatibles? Guido Deleu demuestra que no lo son con una de sus obras más populares: The Visitor. Unos simpáticos hombrecillos de cerámica totalmente artesanales.

Deleu dejó su carrera como ingeniero civil para aplicar sus conocimientos a su pasión: el arte y la escultura.

El reconocimiento le llegó en 1996, cuando le encargaron el diseño de una escultura para la entrada principal de un centro cultural de Flandes. La figura encarnaba un personaje amable y simpático que miraba al cielo. Era The Visitor.

Le nominaron a un buen número de premios por la obra, que no tardó en convertirse en un codiciado complemento de decoración para el hogar. A veces una sola figura. Otras, un grupo.

Cada una de las piezas se realizan en el estudio Cores da Terra. En Bahía, Brasil.

Es el estudio de Selma Calheira, conocido por su contribución al desarrollo de una de las zonas más pobres de Brasil. En Cores da Terra trabajan un centenar de artesanos locales y de allí salen todos los The Visitor originales.

La fabricación es artesanal y en el proceso utilizan exclusivamente materiales y pigmentos naturales.

Si quieres verlos de cerca, no lo dudes: te esperan en nuestra exposición de Máximo Aguirre.